Poema III
Desde
los remolinos,
golpeada
en las caídas magníficas
como
si el día se precipitara de mercurio,
cantando
nomeolvides tristecita,
entre
los claro-oscuros
de
los rostros ofendidos de barro,
con
el olor intacto del sudor y humitos de retama,
amenazando
en su jirón de vida,
dominio
de la sal y de la rabia,
noche
de tres mujeres fecundando el grito y los cuchillos,
noche
de cabalgatas, frío y llamas,
noche
insomne de amor,
cristales
que se rompen para siempre,
origen
y memoria,
llegas.
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